Mujeres cristianas enfrentan creciente persecución en Irak
Sara, una estudiante de medicina en Bagdad, vivió diez días de angustia y hambre al ser encerrada por su padre musulmán furioso por su conversión al cristianismo. “Hubiera preferido que te escaparas en secreto con un chico”, le reprochó. Ante el radical rechazo, Sara abandonó su hogar y halló refugio en una comunidad cristiana lejana.
Enfrentándose al peligro como mujer soltera y convertida, Sara no cedió ante las adversidades. Su experiencia, aunque impactante, refleja una realidad compartida por millones de mujeres, según el reciente Informe de Persecución por Razón de Sexo (PRRS) de Puertas Abiertas. El documento, que revela un aumento en la persecución y opresión hacia mujeres cristianas, pone de manifiesto un entramado de fuerzas que presiona sus vidas.
El PRRS, basado en la situación del último año, destaca que las mujeres cristianas enfrentan desafíos inquietantes. La historia de Sara es un testimonio de la lucha constante que muchas viven día a día, enfrentándose a la discriminación y el peligro debido a su fe.
El informe destaca que la percepción de la mujer como valiosa a los ojos de Dios, como descubrió Sara, contrasta con la cruel realidad que enfrentan en sociedades marcadas por la intolerancia religiosa. La situación de las mujeres cristianas en Irak, lamentablemente, refleja una tendencia preocupante: la persecución está en aumento.
Solidaridad Internacional Trinitaria (SIT) hace un llamado a la conciencia internacional sobre la necesidad de proteger los derechos fundamentales de las mujeres cristianas y abogar por la libertad religiosa en regiones donde la intolerancia amenaza la diversidad de creencias. Las mujeres cristianas sufren una doble vulnerabilidad por su fe y por su sexo, por eso son las que más sufren en países como Irak.