El Papa finaliza su viaje a Irak con un reconocimiento al sufrimiento de los cristianos perseguidos
El Pontífice finalizó su viaje el pasado domingo 7 de marzo, tras tres días en Irak. Para concluir la visita, el Papa dio una misa multitudinaria ante 10.000 personas en Erbil, la capital del Kurdistán, tras la cual pidió unidad “para un futuro de paz” en el país (respetando las medidas y el aforo por motivo del Covid-19).
“Irak permanecerá siempre conmigo, en mi corazón. Les pido a todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, que trabajen juntos en unidad por un futuro de paz y prosperidad que no discrimine ni deje atrás a nadie”, señaló en su mensaje final.
Así mismo, quiso hacer un reconocimiento a los cristianos perseguidos dedicándoles estas palabras: “a los cristianos de las distintas confesiones, muchos de los cuales aquí han derramado su sangre sobre el mismo suelo”. “Pero nuestros mártires resplandecen juntos, estrellas en el mismo cielo. Desde allí arriba nos piden caminar juntos, sin vacilar, hacia la plenitud de la unidad”.
“He oído voces de dolor y de angustia, pero también voces de esperanza y de consuelo”, afirmó el pontífice. En esa línea, el Pontífice visitó al padre de Alan Kurdi, el niño sirio-kurdo de tres años que murió ahogado cuando intentaba llegar en un bote a Turquía en 2015 escapando de la guerra, quien regaló al pontífice un cuadro con la trágica foto del menor ahogado en las costas del mar Egeo.
El Pontífice agradeció la labor de las autoridades religiosas del país “que han trabajado tanto por este viaje” y a todos los que han preparado la visita y le acogieron con afecto, en particular al pueblo kurdo.
Con esta misa el Papa concluyó su viaje a Irak, donde ha mantenido citas históricas, como la reunión que tuvo con el gran ayatolá Ali Al Sistani, máxima autoridad religiosa de los chiíes, y la visita a Ur de los Caldeos, donde la tradición indica que nació el profeta Abraham.
El viaje del Papa a Irak es un reconocimiento a todos los cristianos del país que han sufrido una guerra y también, una manera de visualizar y dar a conocer a todo el mundo el sufrimiento de los cristianos perseguidos que siguen luchando por retomar sus vidas.