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Aprendiendo del Padre Antonio Aurelio

Después de unas charlas ofrecidas por el Presidente del SIT-General, los jóvenes del colegio de las Hermanas del Instituto de la Santísima Trinidad en Alcorcón, espontáneamente escribieron unas líneas expresando su impresión de las conferencias. Desde SIT os la presentamos junto con la fotografía de los representantes de los jóvenes de dicho colegio.

Después de escuchar al padre Antonio Aurelio, la primera sensación que tenemos  es la de sentirnos personas muy afortunadas, ya que a veces, la mayoría de nosotros vivimos pendientes de lo que ocurre a nuestro alrededor (nuestro colegio, nuestro barrio, nuestra familia y amigos, etc.) y no somos conscientes que muchos chicos y chicas de nuestra edad apenas tienen lo necesario para poder sobrevivir, y mucho menos de una manera tan cómoda como nosotros.

A lo largo de la historia, siempre ha habido muchas guerras provocadas por intereses de todo tipo que generan el sufrimiento de las personas aunque, afortunadamente, también hay iniciativas como las del S.I.T. que tratan de hacer que dicho sufrimiento sea menor.

Las consecuencias de la guerra son muy graves entre lo niños, sobre todo los más pequeños, por ello, tiene especial valor la labor que lleva a cabo la congregación trinitaria en zonas de conflicto y guerras como Siria, Irak y Sudán, abriendo colegios, los proyectos más urgentes en estos países, ya que las escuelas son un lugar seguro para que estos niños no sean capturados por el Estado Islámico. Allí la enseñanza por parte de dicho estado es muy negativa porque se enseña a los niños a utilizar armas y otras muchas barbaridades, incitándoles a la guerra y a matar a gente inocente.

Por ello, son tan importantes las escuelas creadas por el S.I.T., porque en una situación tan difícil y complicada los trinitarios y todos los voluntarios ponen su vida en peligro para poder enseñar a los niños valores fundamentales que les ayuden a ser buenas personas y a sobrevivir ante esta situación. También les ayudan a evadirse de los conflictos y a superar traumas psicológicos que la perdida de familiares y amigos les ha causado.

Por todo lo mencionado, damos especial valor a que este tipo de iniciativas surjan entre personas comprometidas con el mensaje de Jesús y al igual que él, se fijen en los niños como ejemplo de personas a las que cuidar y educar en valores, ya que como muy bien sostiene el S.I.T., cuando acabe la guerra serán ellos quienes tengan que levantar su país.

Además, nos llamó mucho la atención la gran devoción cristiana que tiene las personas en estos países, causada en gran parte porque ellos depositan su esperanza y su fe en que todo lo que allí ocurre un día cambiará. Aunque intentamos aportar nuestro granito de arena ayudándoles económicamente, piden que no dejemos de orar por ello como los hacemos cada viernes por la mañana en el colegio.

Todo esto nos hace reflexionar y llegar a la conclusión de que debemos sentirnos afortunados por tener todo lo que tenemos y debemos compartirlo con aquellas personas inocentes que sufren las consecuencias de la guerra día a día.

Patricia Domínguez y Rafael Navarro. 1º Bachillerato.
Colegio Virgen del Remedio. Alcorcón (Madrid).

 

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Aprendiendo del Padre Antonio Aurelio

Después de unas charlas ofrecidas por el Presidente del SIT-General, los jóvenes del colegio de las Hermanas del Instituto de la Santísima Trinidad en Alcorcón, espontáneamente escribieron unas líneas expresando su impresión de las conferencias. Desde SIT os la presentamos junto con la fotografía de los representantes de los jóvenes de dicho colegio.

Después de escuchar al padre Antonio Aurelio, la primera sensación que tenemos  es la de sentirnos personas muy afortunadas, ya que a veces, la mayoría de nosotros vivimos pendientes de lo que ocurre a nuestro alrededor (nuestro colegio, nuestro barrio, nuestra familia y amigos, etc.) y no somos conscientes que muchos chicos y chicas de nuestra edad apenas tienen lo necesario para poder sobrevivir, y mucho menos de una manera tan cómoda como nosotros.

A lo largo de la historia, siempre ha habido muchas guerras provocadas por intereses de todo tipo que generan el sufrimiento de las personas aunque, afortunadamente, también hay iniciativas como las del S.I.T. que tratan de hacer que dicho sufrimiento sea menor.

Las consecuencias de la guerra son muy graves entre lo niños, sobre todo los más pequeños, por ello, tiene especial valor la labor que lleva a cabo la congregación trinitaria en zonas de conflicto y guerras como Siria, Irak y Sudán, abriendo colegios, los proyectos más urgentes en estos países, ya que las escuelas son un lugar seguro para que estos niños no sean capturados por el Estado Islámico. Allí la enseñanza por parte de dicho estado es muy negativa porque se enseña a los niños a utilizar armas y otras muchas barbaridades, incitándoles a la guerra y a matar a gente inocente.

Por ello, son tan importantes las escuelas creadas por el S.I.T., porque en una situación tan difícil y complicada los trinitarios y todos los voluntarios ponen su vida en peligro para poder enseñar a los niños valores fundamentales que les ayuden a ser buenas personas y a sobrevivir ante esta situación. También les ayudan a evadirse de los conflictos y a superar traumas psicológicos que la perdida de familiares y amigos les ha causado.

Por todo lo mencionado, damos especial valor a que este tipo de iniciativas surjan entre personas comprometidas con el mensaje de Jesús y al igual que él, se fijen en los niños como ejemplo de personas a las que cuidar y educar en valores, ya que como muy bien sostiene el S.I.T., cuando acabe la guerra serán ellos quienes tengan que levantar su país.

Además, nos llamó mucho la atención la gran devoción cristiana que tiene las personas en estos países, causada en gran parte porque ellos depositan su esperanza y su fe en que todo lo que allí ocurre un día cambiará. Aunque intentamos aportar nuestro granito de arena ayudándoles económicamente, piden que no dejemos de orar por ello como los hacemos cada viernes por la mañana en el colegio.

Todo esto nos hace reflexionar y llegar a la conclusión de que debemos sentirnos afortunados por tener todo lo que tenemos y debemos compartirlo con aquellas personas inocentes que sufren las consecuencias de la guerra día a día.

Patricia Domínguez y Rafael Navarro. 1º Bachillerato.
Colegio Virgen del Remedio. Alcorcón (Madrid).

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