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Hermana Meena: “La Navidad como cristianos perseguidos es muy dura”

Hermana Meena: “La Navidad como cristianos perseguidos es muy dura”

En India han detenido a tres cristianos el pasado 26 de diciembre en Bicholi, en el distrito de Jabhua, en el estado de Madhya Pradesh, a los que los movimientos de la derecha radical acusaron de haber realizado “conversiones”.

En la iglesia católica de Sarat, en Orissa, la persecución no es solo la historia de hoy: ya en 1999 los fanáticos mataron al padre Arul Dos, incitados por los mismos movimientos que todavía hoy predican el odio contra los cristianos en la India. Han pasado más de veinte años desde entonces, marcados por muchos otros episodios de violencia. Pero eso no ha apagado la fe de los tribales Ho que, como nos cuenta la hermana Meena Lalita, superiora del convento de Sarat, vivieron su Navidad de la manera más parecida a la Sagrada Familia de Belén: “pobres y perseguidos, pero seguros de que Jesús vino a dar esperanza”.

El testimonio de la hermana, nos relata que en la iglesia católica de Sarat se reúnen 700 familias católicas, “en nuestro convento somos cuatro religiosas”. Cuando le preguntan por su labor, Meena Lalita afirma que: “En Sarat estamos con la gente pobre, visitamos las aldeas, las familias. Todas son poblaciones tribales de la etnia Ho que tienen su propio idioma Ho. Nosotros les enseñamos el catecismo, los preparamos para los sacramentos y también ayudamos a las mujeres y jóvenes a encontrar trabajo y ser económicamente independientes. Tenemos un albergue (cerrado hoy debido al Covid) y ofrecemos clases de sastrería. También educamos a estas personas sobre sus derechos, para que puedan llevar una vida mejor y aprovechar las ayudas del gobierno para que puedan superar sus problemas y progresar”.

Por eso, en estas fechas de celebraciones y abundancia, la hermana desea recordar y rezar por “todos los desplazados, los cristianos perseguidos que todavía viven lejos de sus pueblos de origen. Conozco a muchos de ellos personalmente. Recuerdo a los que no tienen un techo para guarecerse, a los hambrientos, a las mujeres y niñas abusadas sexualmente, a los inocentes tras las rejas, a los tribales y dalits explotados…”

La situación para los cristianos en India lleva tiempo siendo compleja, por eso el SIT hace una labor de formación, acompañamiento a las niñas que fueron esclavas y apuesta por la educación a través del colegio Assam con la esperanza de mejorar la vida de esas personas.

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