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Las jornadas en Santander

Durante los días 25 y 26 de junio se llevaron a cabo unas Jornadas a favor de los cristianos perseguidos en la diócesis de Alepo y, más en general, de Siria, organizadas por la diócesis de Santander y por la Orden Trinitaria a través del SIT España. Estas jornadas se inscribieron en el Año Santo Jubilar de la Misericordia, decretado por Su Santidad el Papa Francisco, y se realizaron en dos templos Jubilares de la diócesis de Santander: en su Iglesia Madre, la catedral, y en la iglesia de su Madre y Patrona, el Santuario de la Bien Aparecida, confiado a la custodia de la Orden Trinitaria.

Esta iniciativa surgió del compromiso a favor de los cristianos en aquel país que desde hace años está llevando a cabo, a través del SIT, la Orden Trinitaria. A instancias de este organismo y de la comunidad del Santuario de la Bien Aparecida, el obispo de Santander, D. Manuel Sánchez Monje, les confirió el carácter diocesano; puesto que, a su juicio, se adecuaban al espíritu del Año Jubilar de la Misericordia, reflejaban la sensibilidad de gentes de Cantabria y hacían verdad las palabras del Apóstol: «Si algún miembro sufre, todos sufren con él».  

El objetivo de las jornadas fue la información, sensibilización, oración y colaboración económica con los proyectos del SIT en la diócesis de Alepo. Con este fin, se invitó y asistió el obispo de Alepo, Monseñor Antoine Audo; el cual vino acompañado del presidente del SIT General, Antonio Aurelio Fernández.

Cabe señalar de aquellas jornadas el breve tiempo en las que tuvieron que ser organizadas y su publicitación recurriendo a las nuevas tecnologías de la información, solventando así este condicionante inicial; así mismo, se ha de evidenciar la buena acogida y la valoración positiva que se ha hecho de ellas en la diócesis de Santander.

Las jornadas se concretaron básicamente en dos actos: un concierto en la catedral de Santander  y  un Via Crucis a favor de los cristianos perseguidos hasta el Santuario de la Virgen Bien Aparecida. Como gesto de fraternidad y solidaridad, los actos de las jornadas fueron presididos por el obispo de Santander y el obispo de Alepo.

El Concierto en la catedral

Como acto inicial de estas jornadas, el sábado día 25 de junio la prestigiosa Coral Salvé de Laredo interpretó, bajo la dirección de José Luis Ocejo, la obra “L´homme Armé” (Una Misa para la Paz), de Karl Jenkins. Esta pieza musical es una amalgama de melodías de gran originalidad, que musicalizan la misa católica tradicional, pero enriquecida con textos tomados de distintas partes del mundo y de diferentes religiones y culturas. La Coral Salvé estuvo acompañada por nueve instrumentistas y teniendo por fondo una proyección de imágenes que acompañaban y enriquecían la interpretación

La gente, que llenaba la catedral, gozó con la interpretación, se sensibilizó todavía más con la necesidad de paz y se unió a los que se comprometen por la dignidad y libertad de quienes profesan credos diversos.

Al final del concierto, el obispo de Alepo felicitó a la Coral Salvé y a su director por su magnífica interpretación musical y agradeció a los asistentes su presencia y, sobre todo, su solidaridad con el dolor de los creyentes de su diócesis.

El Via Crucis hasta el Santuario

El acto central de las jornadas fue el Via Crucis que se tuvo la tarde del domingo, partiendo de la localidad de Ampuero, siguiendo las estaciones en piedra que jalonan el trayecto por las verdes laderas del valle del Asón, hasta el Santuario de la Bien Aparecida.

Un significativo número de fieles venidos de todos los lugares y de las diversas comunidades y grupos eclesiales se unieron en este rezo que rememora el sufrimiento de Cristo y actualiza su comunión con los que padecen discriminación, vejación o muerte por profesar su nombre.

Fue sumamente elocuente la alternancia de rezo y canto en las estaciones con el reverencial silencio meditativo en el trayecto entre las mismas. Fue una oración hecha desde la tierra que se pisaba al cielo que se miraba. El voltear de las campanas del Santuario acogió a los fieles a la llegada a sus inmediaciones y al adentrarse en su interior.

Ya dentro, cedida la presidencia al obispo de Alepo, significando el deseo de los fieles cántabros hacerse uno con su sufrida grey de Siria, se tuvo un breve acto mariano a los pies de la Reina y Madre de la Montaña.

El pastor de los sirios caldeos de Alepo expresó una emocionada oración por sus fieles de Siria a Virgen de la Bien Aparecida con unas palabras de gratitud a los fieles cántabros por su comunión en la plegaria y su solidaridad en el dolor.

Vicente Basterra, Ministro de la Bien Aparecida

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