Los cristianos perseguidos tienen que huir de su tierra

Según los datos que ofrece la Agencia de la Organización de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), cada vez son más las personas que se ven obligadas a huir y a abandonar sus hogares “por la fuerza” en todo el mundo. Concretamente, la cifra récord se alcanzó el pasado año 2021 en la que 89,1 millones de personas tuvieron que ser refugiadas.

Para hacerse una idea, hace diez años la cifra era de unos 40 millones por lo que el crecimiento ha supuesto más del doble. Entre ellos, la mayoría de las personas que tienen que salir corriendo de sus países son procedentes de Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Birmania (Myanmar). Por tanto, en su mayoría países en los que los cristianos perseguidos sufren persecución.

El informe de ACNUR detalla que: “Según el Banco Mundial, 23 países, con una población combinada de 850 millones de personas, enfrentaron conflictos de intensidad alta o media en 2021. El número de países afectados por conflictos se duplicó durante la última década, con una cantidad desproporcionada de mujeres, niñas y niños expuestos a casos de discriminación profundamente arraigada y vulnerabilidad extrema”. La mayoría de ellos, cristianos.

Como veíamos en la noticia anterior, el reciente informe de Puertas Abiertas sobre los cristianos perseguidos nos daba detalles sobre qué puede llevar a un cristiano a abandonar su tierra. La mayoría de las veces se trata de un ambiente hostil en el que no puede practicar su fe públicamente, donde su vida corre riesgo o donde sufre discriminación en diversos ámbitos sociales que no le dejan otra salida posible que la huida. Persecuciones que incluso llegan a la violencia o a la muerte, por lo que la única solución posible que tienen las familias cristianas es abandonar todo y huir con el miedo, la inseguridad y el peligro que eso conlleva.