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Los cristianos ucranianos sufren la invasión de Putin

Los cristianos ucranianos sufren la invasión de Putin

En Ucrania una gran mayoría cristiana es ortodoxa y, entre las minorías, un 9% es greco católicos. La religión mayoritaria en Ucrania es el cristianismo ortodoxo oriental, que se divide en la Iglesia Ortodoxa de Ucrania o del Patriarcado de Kiev, cuya cabeza es el metropolita Epifanio I de Ucrania y que representa al 42,1% de la población; y la Iglesia Ortodoxa Ucraniana bajo el Patriarcado de Moscú, que se dividió de la primera en el año 2018 y que comprende al 29% de la población. 

Por otro lado, la Iglesia Greco-Católica ucraniana forma parte de las Iglesias católicas de rito bizantino y a ella pertenece el 14,1% de los ucranianos. Su liturgia y tradiciones son similares a las ortodoxas, pero están en comunión con la Santa Sede. Está dirigida por el Arzobispo mayor Sviatoslav Shevchuck, de la Archieparquia ucraniana de Kiev-Halych. 

Los greco-católicos ucranianos se concentran en las provincias occidentales que limitan con Polonia, en particular en la ciudad de Lviv (Leópolis). Hay 16 eparquías o exarcados, equivalentes a diócesis y vicariatos, de la Iglesia en todo el país, incluidos Crimea, Lugansk y Donetsk; estas dos últimas son las regiones que Vladimir Putin reconoció como repúblicas independientes y que más han sufrido el conflicto armado. Las regiones de mayoría greco-católica son las que más están sufriendo los bombardeos por su localización, la cual está más desprotegida que otras zonas más militarizadas.

Además, aproximadamente hay más de un millón de católicos de rito latino o romano en Ucrania, son principalmente inmigrantes polacos y húngaros. Conforman unas 863 comunidades que tienen 474 sacerdotes a su servicio. Se concentran principalmente en el oeste del país, cuentan con seis diócesis sufragáneas a la Arquidiócesis de Lviv, y tiene vínculos culturales con Polonia y Hungría.

Las iglesias católicas fueron severamente perseguidas en Ucrania cuando formaban parte de la Unión Soviética, y la reanudación del conflicto entre Rusia y Ucrania en la década de 2010 trajo consigo temores de conflicto eclesial y persecución. En 2014, después de la anexión rusa de Crimea y los conflictos armados en otras regiones fronterizas entre las fuerzas militares ucranianas y los grupos rebeldes prorrusos y los soldados rusos, el entonces Nuncio Apostólico en Ucrania advirtió del regreso de la persecución debido a la expansión de Rusia en el territorio ucraniano.

Por tanto, la minoría cristiana están sufriendo la peor parte de la persecución rusa. Este conflicto agrava la situación de estas personas y sobre todo, la libertad religiosa.

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