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Solidaridad Internacional Trinitaria en PERIODISTA DIGITAL

“Martirio en el siglo XXI”

Por Gabriel Mª Otalora
Fuente:
Periodista Digital 

Martín Scorsese ya tiene en las salas de cine su última película, Silencio. Me impactó el libro que con este mismo título, el escritor japonés Shusaku Endo (1923-1997) escribió en 1966. Graham Greene fue un ferviente admirador de esta obra. La historia está ambientada en el Japón del siglo XVII, y recoge el choque cultural y religioso entre los esfuerzos de los misioneros jesuitas con la mentalidad japonesa de entonces con la difícil inculturización en una mentalidad oriental tan diferente en el contexto de las prácticas coloniales.

Los “malos” de la película tienen sus razones mientras que los buenos, y nosotros con ellos, presuponemos que Dios va a actuar de una manera parecida a lo que creemos que tiene que ocurrir. Pero nuestras previsiones lógicas sobre lo que Dios debe hacer en un momento concreto no suelen coincidir con las suyas. Y los dilemas morales pueden llegar más lejos de lo que habíamos previsto. El aparente silencio de Dios nos cuesta enfocarlo a la luz del evangelio.

Algo de esto está ocurriendo hoy en día. Mientras los cristianos del Primer Mundo vivimos muchas veces en una fe templada, otros hermanos y hermanas están pasando por una situación de persecución que recuerda a las de que sufrieron los primeros seguidores de Jesús. Nuestra fe templada y facilona a veces, en la que apoyamos nuestra existencia, tiene una grave consecuencia: el silencio, pero no el de Dios sino el nuestro, indiferentes a unas persecuciones espantosas como nunca se habían dado hasta entonces. Gracias a los PP. Trinitarios y a su obra en torno al SIT (Solidaridad Internacional Trinitaria), podemos seguir de primera mano lo que está ocurriendo en El Cairo, en Siria, Pakistán, África subsahariana, India… Historias espeluznantes de persecución con mujeres torturadas y ultrajadas que mantienen la serenidad y la fe en Dios, dejando tras de sí testimonios de fe memorables.

Más de 200 millones de cristianos no tienen libertad para practicar su fe, y muchos de ellos y ellas sufren la persecución manteniendo su compromiso a su alrededor de que Cristo es Amor que salva ¿Cuántos habrán podido sentir también el silencio de Dios? ¿Cuántos hermanos y hermanas en la fe estarán preguntándose por nuestra actitud católica en el Primer Mundo? En definitiva, ¿cuántos de nosotros sabemos en realidad lo que está pasando a dos o tres horas de avión, o si nos lo cuentan en alguna homilía, lo vemos como algo relativo a otra galaxia?

Reconozcamos que demasiadas veces, el silencio de Dios es, en realidad, el silencio de los humanos ante el sufrimiento injusto y las persecuciones por haber tomado la decisión de vivir la experiencia de fe en Cristo resucitado frente a las prácticas oficialmente impuestas. Gobiernos democráticos, conferencias episcopales, comunidades cristianas católicas o no, personas agnóstica pero que no indiferentes ante el dolor humano… Una gran mayoría, no estamos a la altura de las circunstancias en este tema, al menos en nuestra denuncia profética.

Mediante la divulgación del SIT -gracias, Gotzon Vélez de Mendizabal- podemos y debemos involucrarnos más en lo que está pasando, denuncia profética incluida, y ayudar en lo posible. La propuesta trinitaria es comunicar para sensibilizar, orar, compartir nuestro tiempo de voluntario, en lo posible, y ayudar con recursos económicos. Para recibir más información, esta es la dirección: sitspain@gmail.com. Para visitar la web SIT España, clicar www.sit-perseguidos.org .

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“Martirio en el siglo XXI”

Por Gabriel Mª Otalora
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Periodista Digital 

Martín Scorsese ya tiene en las salas de cine su última película, Silencio. Me impactó el libro que con este mismo título, el escritor japonés Shusaku Endo (1923-1997) escribió en 1966. Graham Greene fue un ferviente admirador de esta obra. La historia está ambientada en el Japón del siglo XVII, y recoge el choque cultural y religioso entre los esfuerzos de los misioneros jesuitas con la mentalidad japonesa de entonces con la difícil inculturización en una mentalidad oriental tan diferente en el contexto de las prácticas coloniales.

Los “malos” de la película tienen sus razones mientras que los buenos, y nosotros con ellos, presuponemos que Dios va a actuar de una manera parecida a lo que creemos que tiene que ocurrir. Pero nuestras previsiones lógicas sobre lo que Dios debe hacer en un momento concreto no suelen coincidir con las suyas. Y los dilemas morales pueden llegar más lejos de lo que habíamos previsto. El aparente silencio de Dios nos cuesta enfocarlo a la luz del evangelio.

Algo de esto está ocurriendo hoy en día. Mientras los cristianos del Primer Mundo vivimos muchas veces en una fe templada, otros hermanos y hermanas están pasando por una situación de persecución que recuerda a las de que sufrieron los primeros seguidores de Jesús. Nuestra fe templada y facilona a veces, en la que apoyamos nuestra existencia, tiene una grave consecuencia: el silencio, pero no el de Dios sino el nuestro, indiferentes a unas persecuciones espantosas como nunca se habían dado hasta entonces. Gracias a los PP. Trinitarios y a su obra en torno al SIT (Solidaridad Internacional Trinitaria), podemos seguir de primera mano lo que está ocurriendo en El Cairo, en Siria, Pakistán, África subsahariana, India… Historias espeluznantes de persecución con mujeres torturadas y ultrajadas que mantienen la serenidad y la fe en Dios, dejando tras de sí testimonios de fe memorables.

Más de 200 millones de cristianos no tienen libertad para practicar su fe, y muchos de ellos y ellas sufren la persecución manteniendo su compromiso a su alrededor de que Cristo es Amor que salva ¿Cuántos habrán podido sentir también el silencio de Dios? ¿Cuántos hermanos y hermanas en la fe estarán preguntándose por nuestra actitud católica en el Primer Mundo? En definitiva, ¿cuántos de nosotros sabemos en realidad lo que está pasando a dos o tres horas de avión, o si nos lo cuentan en alguna homilía, lo vemos como algo relativo a otra galaxia?

Reconozcamos que demasiadas veces, el silencio de Dios es, en realidad, el silencio de los humanos ante el sufrimiento injusto y las persecuciones por haber tomado la decisión de vivir la experiencia de fe en Cristo resucitado frente a las prácticas oficialmente impuestas. Gobiernos democráticos, conferencias episcopales, comunidades cristianas católicas o no, personas agnóstica pero que no indiferentes ante el dolor humano… Una gran mayoría, no estamos a la altura de las circunstancias en este tema, al menos en nuestra denuncia profética.

Mediante la divulgación del SIT -gracias, Gotzon Vélez de Mendizabal- podemos y debemos involucrarnos más en lo que está pasando, denuncia profética incluida, y ayudar en lo posible. La propuesta trinitaria es comunicar para sensibilizar, orar, compartir nuestro tiempo de voluntario, en lo posible, y ayudar con recursos económicos. Para recibir más información, esta es la dirección: sitspain@gmail.com. Para visitar la web SIT España, clicar www.sit-perseguidos.org .[:]

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