El SIT continúa con su gran labor en Sudán del Sur

La guerra civil en ciernes en Sudán amenaza con acabar con la frágil estabilidad política de Sudán del Sur. “Sudán era sobre el papel mucho más estable, Jartum había crecido al nivel de las grandes capitales africanas” señala Antonio Aurelio Fernández, presidente de Solidaridad Internacional Trinitaria, con la experiencia acumulada de dos décadas de apoyo a las misiones católicas en ambos países. El Independiente ha recogido nuestro testimonio y cómo es la situación en Sudán del Sur ya que la experiencia en el país nos ha hecho conocedores de lo que ocurre allí.

Mientras, Sudán del Sur intenta construir su futuro abandonando una sociedad tribal, nómada y con enormes carencias. “Cuando vinimos por primera vez Yirol no era nada” recuerda Juan Orbaneja, presidente de Amsudan, la ONG española que desde 2005 ha apoyado económicamente la construcción de colegios y centros de acogida en el Estado de Lagos.

Yirol es ahora una población en crecimiento, con un mercado mucho más nutrido que hace una década, cuando lo único que se podía comprar, en el mercado negro, era la comida lanzada desde aviones por las agencias humanitarias internacionales, recuerda Marta Arnús, otra de las pioneras de Amsudan.

Desde entonces han apoyado financieramente la construcción de una quincena de colegios y centros de formación de adultos, 15 pozos de agua y centros de acogida para niños en este estado. El Estado de Lagos es hoy por hoy el más estable del país, resultado de la política de mano dura del gobernador Rin Tueny Mabor. En un país extremadamente pobre y donde han proliferado las armas de fuego, Mabor ha impuesto su particular visión de la Ley del Talión. “Si matas, él te matará” repiten los vecinos de ciudades como Rumbek o Yirol.

Una política de mano dura que ha conseguido acabar con las peleas tribales entre dinka y nuer, endémicas en el país, como reconoce Deborha, “trabajadora por la paz” que ha dedicado toda su vida a mediar entre ambas tribus. No ha acabado, sin embargo, con la corrupción endémica, el otro gran mal del país.

Información recogida por El Independiente.

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