La Iglesia de Nicaragua sufre una gran violencia y represión

Los últimos acontecimientos contra los cristianos, ha puesto en el punto de mira a Nicaragua:
“el asedio a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas, la profanación de templos y el cierre de iglesias, nos duelen profundamente. Les manifestamos nuestra solidaridad y cercanía”, ha señalado el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM).

A inicios de esta semana el régimen de Ortega clausuró violentamente ocho emisoras de radios católicas en Nicaragua.Las emisoras afectadas son Radio Hermanos, Radio Nuestra Señora de Lourdes, Radio Nuestra Señora de Fátima, Radio Alliens, Radio Monte Carmelo, y Radio San José, que operan en municipios del norte de Nicaragua.

La persecución de los cuerpos de seguridad a los religiosos se repite cada vez con más frecuencia. El Obispo de Matagalpa, Mons. Rolando Álvarez, mostró a través de un video que un grupo de policías antidisturbios le impidieron a él y a seis sacerdotes salir de la sede de la curia episcopal para ir a celebrar la Misa.
Otro sacerdote, el P. Uriel Vallejos, y un grupo de fieles fueron recluidos por la policía durante tres días en la casa cural de la parroquia Jesús de la Divina Misericordia, en el municipio de Sébaco, sin dejarles salir y restrigiendo su libertad.

El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de Estados Unidos, Brian Nichols, dijo en un tuit que “el brutal ataque de Ortega-Murillo contra el clero católico, emisoras de radio y miembros de la comunidad en el municipio de Sébaco es otro golpe a las libertades de religión y expresión en Nicaragua”.


“¿Cómo pueden hombres y mujeres de uniforme (muchos gente de fe) ejecutar tales órdenes?”, ha recalcado. La Unión Europea también se pronunció sobre los actos represivos contra la Iglesia y condenó el cierre “arbitrario” de las emisoras.

“Se utilizó una fuerza policial excesiva para ocupar las instalaciones y para intimidar y dispersar a los manifestantes desarmados con gases lacrimógenos y disparos. Esto constituye otra violación de la libertad de expresión y de la libertad de religión o de creencias”, denunció en un comunicado Peter Stano, portavoz principal de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea.

“Desde 2018, el gobierno nicaragüense ha desatado niveles de violencia sin precedentes contra su propio pueblo, utilizando asesinatos, desapariciones forzadas, encarcelamiento, acoso e intimidación contra opositores políticos, así como contra periodistas, defensores de los derechos humanos, líderes religiosos y otros”, han añadido desde la UE. En datos, Nicaragua cuenta con más de 180 presos políticos, encarcelados sin respeto a la Constitución nicaragüense, el derecho penal y el debido proceso.

“Las autoridades nicaragüenses deben poner fin a toda la represión y restablecer el pleno respeto de todos los derechos humanos. Asimismo, la UE reitera su llamado urgente al Gobierno nicaragüense para que libere inmediatamente e incondicionalmente a todos los presos políticos y anule todos los procesos judiciales contra ellos, incluidas sus condenas”, ha sentenciado la UE.

La situación en Nicaragua se ha agravado enormemente desde que impera el régimen de Daniel Ortega ya que los religiosos y los creyentes no tienen leyes ni cuerpos de seguridad que velen por sus derechos.

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